domingo, 6 de noviembre de 2011

Escucha cariño, si me necesitas, llámame, no importa dónde estés, ni la distancia, no te preocupes, sólo tienes que gritar mi nombre, y allí estaré en un instante, no tienes de qué preocuparte. Porque, no hay montaña tan alta, ni valle tan bajo, ni río tan grande, que me impidan llegar a ti. Acuérdate del día que te dejé marchar, te dije que siempre podrías contar conmigo, desde ese día, me hice una promesa, estaría allí cuando tú me necesitaras, como fuera. Porque, no hay montaña tan alta, ni valle tan bajo, ni río tan grande, que me impidan llegar a ti, ni viento, ni lluvia, porque tú eres mi meta. Si estás en apuros, llegaré en un instante, sólo tienes que pedírmelo.



2 comentarios: